NADA TE SEPARARÁ DEL AMOR DE DIOS, NI SIQUIERA LA DEPRESIÓN.


"Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!"

Romanos 8:38, 39




A ti, que sufres de depresión, quiero decirte que es una enfermedad, tú no eres culpable de tenerla, nadie es inmune, aunque hay predisposición genética a tenerla y otros muchos factores.


"Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo.
...

En esto sabremos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de El en cualquier cosa en que nuestro corazón nos condene; porque Dios es mayor que nuestro corazón y sabe todas las cosas."

1 Juan 3:7,19,20


La depresión hace que tu corazón te condene. 
Quizás te condena porque no puedes trabajar, hacer las tareas del hogar, estudiar o no puedes cuidar de tus hijos, etc.

Pero si obras la justicia, es decir, haces la voluntad de Dios, da igual que te condene, porque Dios ve la realidad y está por encima de la depresión, sabe todas las cosas. Lo que importa es lo que Dios piense, no lo que tú pienses o lo que piensen los demás.

Quería decirte que aunque pienses que Dios te ha abandonado, que nadie te quiere, que de pronto parece que has perdido la fe, que no vales nada, etc. Todo eso es mentira. Es producto de la depresión.

Dios está a tu lado, aunque no lo sientas. Él te ama. Sabe exactamente por lo que estás pasando, aunque nadie más te entienda.

Dios guarda todas tus lágrimas, sabe todos tus sufrimientos y no los olvida:

"Tú llevas la cuenta de mis huidas; tú recoges cada una de mis lágrimas. ¿Acaso no las tienes anotadas en tu libro?"

Salmos 56:8

¿Has visto lo importante que eres para Dios?

Aprovecha los días "buenos" para fortalecer tu fe y tu comunión con tu Padre Celestial.
En los días "malos" no te sientas culpable por sentirte lejos de todo y de todos. Pídele a Dios en esos momentos, que te dé paz, tranquilidad, fortaleza para aguantar ese día.
Con aguantar ese día malo, aunque pienses que no estás haciendo nada, estás haciendo mucho: alegrar a Dios. Es una victoria que Él te da. Ese día pasará, mañana será otro día. Piensa en un día a la vez.

Y sobre todo recuerda: LA DEPRESIÓN NUNCA PODRÁ SEPARARTE DEL AMOR QUE DIOS TE TIENE.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Y SI HAGO TODO POR AMOR A DIOS?

PRACTICAR EL PECADO NO ES LO MISMO QUE PECAR.